Innovación educativa e inclusión social

Más allá de las dificultades organizativas, legales y económicas, con un buen liderazgo directivo, un equipo docente cohesionado y un profundo cambio metodológico, centrados en las necesidades del alumno para que aprenda y adquiera habilidades, competencias y valores, se puede transformar la educación.

Vivo en L’Hospitalet de Llobregat desde hace años, y es una ciudad a la que amo. La escuela pública Joaquim Ruyra del barrio de la Florida es una muestra de buen trabajo educativo en un entorno muy complejo. Y es un orgullo poder acompañarla con un artículo en este acertado reportaje de EL PERIÓDICO del miércoles 23 de noviembre del 2016, que pone en valor el buen trabajo de los profesionales de la educación, más allá de determinismos sociales.