Hoy vamos a hablar de la Inteligencia Artificial (IA) y su decisiva entrada, dentro de la próxima década, en el proceso de enseñar y aprender de las escuelas y las universidades. Generalmente, entendemos por Inteligencia Artificial un sistema informático con la capacidad de realizar tareas comúnmente asociadas a seres inteligentes, como por ejemplo, aprender y solucionar problemas. Y, por supuesto, hablaremos también de su compañero inseparable, el Big Data (BD), es decir, la sistematización y el uso inteligente de la gran cantidad de datos que manejamos constantemente en educación y que aún no procesamos ni utilizamos para tomar mejores decisiones.
Desde hace tiempo, en este mismo blog, venimos reflexionando en torno a la necesaria transformación de la educación, en un contexto de cambio global en todos los ámbitos de nuestra vida, incidiendo en ideas como Innovamos para adaptar o innovamos para transformar, y más adelante, Estamos cambiando de fase… es hora de enfocar la transformación profunda de la educación.
Tal es la relevancia de esta próxima disrupción educativa que la Unión Europea lleva ya un tiempo analizando y proponiendo medidas para la “prevención” y “preparación” de nuestros estudiantes y profesionales para la inminente llegada de la IA. También la UNESCO ha generado un documento realmente interesante acerca de la IA en Educación.
Por todo esto, hoy deseamos hablar de IA, en primer lugar,
porque nos parece obvio que va a entrar
con fuerza en las instituciones educativas (de hecho, ya ha empezado a hacerlo),
y en segundo lugar, porque debemos avanzarnos a este escenario y empezar a
prepararnos. Es muy probable que no hayamos vivido una tecnología tan
disruptiva en la educación desde la llegada de internet. Bien, pues vayamos por partes:
La IA y el BD, en síntesis, pueden incidir de dos grandes formas
en la institución educativa: en primer lugar, mejorando y transformando directamente
el proceso de formación del estudiante mediante sistemas automatizados e
inteligentes que transmiten conocimientos de forma dinámica y personalizada y
de acuerdo con los avances del alumno. Y, en segundo lugar, permitiendo
sistematizar, analizar y utilizar de forma distinta e innovadora la gran cantidad
de datos que tenemos del alumno. Principalmente,
la IA debe facilitar a los educadores que puedan centrarse en educar, en lugar de
estar pendientes de prácticas y acciones en las que un ser humano no aporta un
valor añadido mayor que el de una máquina.
Pero lo más importante ahora es que las escuelas y las universidades deben prepararse y anticiparse. Y
moverse. Sí, claro… pero ¿hacia dónde? ¿Cómo prepararnos si no tenemos los
medios ni acabamos de entender cómo va a incidir todo esto en nuestra
institución? Además, siempre nos encontramos con un elemento fundamental en el
sistema educativo: el currículum. ¿Cómo afectará la IA y el BD en el
currículum? ¿Cómo puede el currículum abordar semejante cambio tecnológico y a
su vez social? Para prepararnos debemos repensar de raíz tanto los contenidos
como los métodos pedagógicos por los que se transitan los aprendizajes en las
aulas.
Así, creemos que es vital avanzar, o seguir avanzando, hacia
un nuevo modelo educativo, distinto del tradicional, basado en metodologías
activas, que ponga la educación integral del alumno y su protagonismo en el
centro del proceso. Pero no es suficiente poner al estudiante en el centro del
proceso y cambiar el “cómo” aprende sin cambiar y tener claro el “qué” aprende
y “para qué” lo aprende: Cambiar la manera cómo se presentan los contenidos
sigue siendo un simple cambio que no incide en las necesidades futuras de
nuestro alumnado. Por tanto, más allá del contenido y de cómo invitamos a su
aprendizaje competencial, debemos potenciar lo que nos hace únicos
como seres humanos, aquellas habilidades que nos hacen distintos de las
máquinas y que nos sitúan en un escenario de diferenciación y
complementariedad delante de su capacidad de procesamiento (en cualquier
ámbito) infinitamente superior a la capacidad humana.
Cada institución educativa debe definir el perfil humano que desea que sus alumnos hayan adquirido una vez completados sus estudios (también denominado “perfil del egresado”). Estamos hablando de rasgos personales (también denominados life skills) como resolución de problemas complejos, creatividad, pensamiento crítico y analítico, colaboración y trabajo en equipo, empatía y compromiso… Y, por supuesto, al definir los rasgos que deseamos desarrollar en nuestros alumnos, será necesaria su clara identificación y posterior evaluación: esto es lo que en Reimagine Education Lab denominamos impactos que deseamos realizar de acuerdo con el perfil de egresado humano que se haya planteado (metodología del proceso de transformación de nuestra institución que denominamos RIEDUSIS).
Es decir, que lo importante es romper moldes, salir del modelo clásico y adentrarse, abrazando la incertidumbre del futuro, en el mar de la innovación educativa y el cambio, identificar que la transformación que deseamos realizar es un proceso que va a durar algunos años y que afecta a todos los ámbitos imaginables de nuestra institución: cultural, organizativo, tecnológico, de espacios físicos y ambiente, de horarios, de currículum… Y todo ello sin saber exactamente a qué puerto de este mar nos dirigimos… ¡Tendremos de ser audaces!
En cuanto salgamos de nuestra zona conocida y de confort y
nos atrevamos a realizar innovaciones y cambios, estaremos preparando al
conjunto de personas de nuestra comunidad educativa a ser flexibles y a tener
una mirada distinta hacia el futuro y la tecnología. Y estaremos preparándonos
para incorporar de forma coherente y en el momento oportuno los primeros
avances de IA en educación.
Y lo que es más importante: si nos centramos en el perfil
humano de salida de nuestro alumno, estaremos aprendiendo a establecer y
evaluar las innovaciones (especialmente las tecnológicas) mediante un criterio
claro, que nos ayude a discernir su incorporación más allá de las modas o las
presiones de las empresas que se dedican a la IA y al BD. De ahí la importancia
de movernos, prepararnos y anticiparnos… No podemos esperar más, ¡adelante!
Bibliografía:
Russell, Stuart J.; Norvig, Peter (2009). Artificial Intelligence: A Modern Approach
(3a ed.). Upper Saddle River, New Jersey: Prentice Hall. ISBN
978-0-13-604259-4.
UNESCO (2019). “Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial y la educación”, en International Conference on Artificial Intelligence and Education, Planning Education in the AI Era: Lead the Leap, Beijing. Disponible en línea en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000368303 [Consulta: 1 de diciembre 2019].
Pedró, Francesc; Subosa, Miguel, Rivas, Axel; Valverde, Paula (2019), Artificial intelligence in education: challenges and opportunities for sustainable development. UNESCO: París. Disponible en línea en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366994 [Consulta: 1 de diciembre 2019].
Tuomi, Ilkka (2018). The Impact of Artificial Intelligence on Learning, Teaching, and
Education Policies for the future. Publications Office of the
European Union: Luxembourg. ISBN 978-92-79-97257-7