¿Nuevo período académico y nueva fase de la educación?
En muchas partes del mundo, en estas semanas, empieza un nuevo período académico para las instituciones educativas. Miles de estudiantes, profesores y profesoras reinician la actividad con ilusión y expectativa, y centenares de directivos y directivas enfocan y buscan objetivos y resultados, y probablemente también innovaciones y cambios.
La rueda vuelve a empezar con infinitas posibilidades para asegurar, a la vez, altos niveles de asunción del conocimiento, así como el máximo desarrollo humano del alumnado. Sin embargo, lo más importante de este nuevo período que estrenamos será, con toda seguridad, darle nuevas oportunidades a la innovación y transformación de nuestro proyecto educativo para responder al movimiento de cambio que se evidencia en el mundo, a la vez que conseguimos que la inercia y el activismo de cada año no nos consuman todo el tiempo y energía disponible.
Vamos a necesitar parar. Parar para tomar perspectiva va a ser fundamental si deseamos construir un futuro educativo distinto donde la innovación y el cambio tengan un lugar. Parar para anticipar el futuro que deseamos y que de alguna manera ya se adivina y emerge en muchas partes. Estamos ya en una nueva fase de la educación.
Ciertamente podemos estar preocupados y preocupadas por muchas y muy diversas cosas en nuestro día a día. En algunos países la baja natalidad, con la baja matrícula, es el principal problema. En otros, la necesidad de cumplir nuevos estándares o nuevas normas y leyes que nos quieren ayudar a avanzar hacia una nueva educación. En muchas partes la necesidad de avanzar en la inclusión, para ayudar a cada persona, a cada alumno y alumna, a llegar lo más lejos posible. En todo el mundo la perspectiva de una tecnología que ha acelerado y nos desborda, obligándonos a evaluar las innovaciones que tenemos y a replantear los modelos educativos en marcha.
En todo caso, sea por una razón u otra, necesitaremos plantearnos nuevas estrategias y nuevos caminos para fortalecer nuestro proyecto educativo, para dar respuesta a los múltiples retos planteados y priorizar nuestro tiempo y energía para poder entrar en una nueva fase de innovación y cambio.
Y para ello, solamente necesitamos dos ingredientes esenciales: convicción, para dedicarle tiempo y energía, y visión, que nos permita tener apoyo y ayuda de profesionales que ya hayan hecho el camino.
Sin dedicarle un poco de tiempo y energía en este nuevo período que empezamos, no renovaremos nuestro proyecto educativo con nuevas posibilidades y opciones. Se trata de crear un equipo de impulso de la innovación y el cambio, y reservar tiempos y espacios que permitan parar y ver hacia dónde queremos avanzar, evaluando, haciendo diagnóstico, mirando nuestra realidad de otra forma, tomando perspectiva y generando una nueva estrategia seguramente distinta de la actual. Con convicción.
Y dejarse ayudar para tener nueva inspiración, para encontrar un método para nuestro camino de cambio, para replantear el liderazgo, para incorporar la mirada sistémica y, de esta forma, con un nuevo y activo acompañamiento, lograr entrar en nuevas sendas no transitadas hasta ahora. Con visión.
Sigue la rueda, pero necesitamos parar para anticipar un futuro distinto. Y necesitamos también apoyo para adentrarnos en nuevos caminos de cambio. Y todo ello es posible en este nuevo período académico que iniciamos. Depende de ti… ¿hablamos?
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