El programa LI2, una experiencia de transformación educativa

A principios de este año 2019, por encargo de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (AUDEC), iniciamos a través de Reimagine Education Lab un programa de formación con más de 30 directivos de 10 escuelas de este país, denominado LÍDERES IMPULSORES DE INNOVACIÓN (LI2), programa LI2.

Esta importante y activa asociación, que agrupa cerca de 200 escuelas uruguayas, llevaba realizando desde hacía varios años, una muy buena tarea de debate y formación sobre innovación mediante diversas jornadas a lo largo del año, tanto para educadores como para directivos. Estas jornadas, con unos excelentes conferenciantes, habían precipitado la reflexión y el cambio de mirada para abrir mentes y propiciar experiencias de innovación en muchos centros.

Sin embargo, muchas escuelas llevaban algunos años intentando dar respuesta a un entorno cada vez más fluido, volátil, incierto y complejo mediante la implementación de un conjunto de innovaciones (e incluso de nuevas ofertas educativas)que cambian algunas prácticas, pero que generalmente se añaden o superponen a todo lo que la escuela ya venía realizando, sin conseguir un cambio profundo en la forma de enseñar y aprender. Ir más allá de la implementación de este conjunto de innovaciones parciales era complejo y difícil, con lo que se despertaba la necesidad clara de dar un salto cualitativo y articular procesos de innovación disruptiva en las escuelas para entrar en la transformación integral de los centros.

En este contexto, nace el programa LI2 de AUDEC, diseñado y dinamizado por el equipo de Reimagine Education Lab. Se trata de un proyecto distinto de formación y desarrollo directivo para formar líderes impulsores de la innovación que articulen y lideren procesos de transformación educativa en las escuelas interesadas.

Los objetivos del LI2 han sido los siguientes:

  • conocer a fondo, para poder aplicar en su centro, la metodología de articulación de procesos de transformación educativa denominada RIEDUSIS (Sistema para Reimaginar la Educación), creada por Reimagine Education Lab y que tiene como base la definición del perfil del alumno que deseamos educar y su evaluación en forma de impacto
  • conocerse y hacerse consciente (cada uno de los participantes) de su trayectoria como educador y directivos, para poder transformar su mirada, su encargo y su estilo de liderazgo
  • articular un proyecto, específico y adaptado a su centro, de innovación disruptiva que contemple todos los aspectos de una verdadera transformación institucional
  • compartir y articular este proceso formación-acción-reflexión en una red de centros comprometidos a encarar una innovación disruptiva (los 10 centros participantes en la primera edición), y así crear una verdadera comunidad de aprendizaje

Los más de 30 líderes que han participado eran directivos con una formación y una experiencia amplias que ya habían impulsado múltiples experiencias (o micro experiencias, como les llamamos nosotros) de innovación, y que deseaban romper el techo de cristal estructural y sistémico (la escuela es muy rígida) que impide dar el salto.

El programa ha sido intenso, con cerca de 100 horas de trabajo (sumando el trabajo individual y en equipo), repartidas en tres seminarios de tres días cada uno (3 jornadas completas en febrero, tres más en mayo y tres más a finales de septiembre), y acciones y prácticas en sus respectivos centros para crear nuevos instrumentos y miradas, aplicar lo aprendido y reflexionar después juntos sobre ello.

Hemos utilizado metodologías muy activas y participativas, en las que se requiere una implicación importante de todos los participantes, tanto en el trabajo previo de lectura como en el posterior, referido a la realización de las tareas en los centros.

Se han combinado actividades que van desde la reflexión personal, la reflexión conjunta, el debate, actividades creativas y lúdicas, design thinking… incluyendo la lectura individual y colectiva del libro Reimaginando la educación: 21 claves para transformar la escuela y la realización del test BRIDGE, de autoconocimiento del estilo relacional para orientar el estilo de liderazgo.

Si quieres conocer más a fondo esta experiencia de transformación educativa, en este enlace tienes la segunda parte de este post: el detallamos cómo estamos logrando la transformación de esta red de escuelas, y además encontrarás un vídeo muy explicativo.

Jonquera Arnó, Mariana Martinez y Xavier Aragay

Transformarnos para transformar la educación

Después de casi dos años colaborando en Reimagine Education Lab con centenares de equipos directivos y docentes de escuelas y universidades en proceso de cambio, y con la perspectiva de haber colaborado, del 2009 al 2016 a poner en marcha el proyecto H2020 de transformación de las escuelas jesuitas de Barcelona junto a Xavier Aragay, creo que hay un aspecto vital que con frecuencia se pasa por alto, y por este motivo muchos proyectos para transformar la educación se quedan con innovaciones de cara a la galería sin plantear cambio en profundidad: ¿Y si, a la vez que vamos concretando la profunda transformación de nuestros centros es necesario dedicar tiempo a la renovación de la vocación y la interioridad de maestros y profesores?  

Ya hemos asumido que para cambiar la escuela es preciso cambiar nuestra mirada, poner en marcha metodologías activas, motivar y activar el aprendizaje de los alumnos, incorporar procesos de cambio, planes de acción, prototipos… Todo esto es importante, pero si no vamos más allá quizá no llegaremos nunca demasiado lejos, y dentro de unos años es posible que dudemos del camino recorrido. Es muy curioso constatar que cuando llegamos al punto de tener que encontrar tiempo para trabajar con los educadores su crecimiento personal, su interior y su vocación (después de haber trabajado casi todas las demás cuestiones técnicas), no queda tiempo para hacer lo más importante.  Somos capaces de invertir en las mejores metodologías, en horas de formación técnica e incluso en espacio y mobiliario (cosas todas muy importantes y necesarias pero no suficientes), pero ¿cuánto tiempo estamos dispuestos a invertir en lo que nos ayudará a SER, en transformar?

En el proceso de la transformación, se nos presentan cada vez más retos en nuestras capacidades profesionales, pero también entorno al SENTIDO de nuestra mirada interna al SER de educador. Ya no podemos separar nuestra persona, nuestras emociones, nuestras inquietudes, miedos e ilusiones de nuestra práctica educativa cotidiana. El cambio impone, nos pide caminar y adoptar maneras de hacer diferentes, nos requiere tiempo, transformar marcos mentales…

En esta travesía nos sentimos interpelados en el centro de nuestra vocación, de nuestro sentido como educadores. Este camino de transformación educativa exige un crecimiento profesional, pero, sin duda, también un crecimiento interior que requiere momentos de parada y momentos para compartir. Nos pide tiempo, y espacios-tiempo para hacerlo individualmente y con los compañeros.

La transformación profunda a la que apuntamos no dependerá de los que hacemos y decimos, sino de cómo somos y, sobre todo, de nuestra capacidad de cambiar la mirada respecto a los alumnos y a nosotros mismos.

Transformar la vocación y el liderazgo de los educadores requiere visión, valentía y mucha determinación por parte de los directivos y directivas que deben tomar decisiones. Requiere creer que el cambio lo realizamos las personas desde lo que somos, que nadie da lo que no tiene, que el liderazgo se sustenta en acompañar, que una escuela con educadores enamorados e ilusionados con su vocación educadora es una escuela viva, que camina, que puede soñar nuevos caminos y juntos hacerlos posibles. Mi experiencia acompañando a instituciones a adentrarse en el mar de la interioridad y a poner en cuestión elementos clave de la vocación de educador, me demuestra que cuando uno dedica tiempo, el resultado es extraordinario y supera cualquier expectativa previa. Las personas se renuevan, se cuestionan muchas cosas, salen de la inercia y la cotidianidad para aplicar todos los cambios necesarios en una nueva mirada a los alumnos y a la escuela.

¡Estamos llamados a salir a mar abierto! Sí, zarpamos sin miedo y con el convencimiento de que nuestra fuerza radica en la profundidad del sueño colectivo. Este viaje, el de la nueva escuela que soñamos, requiere un nuevo equipaje y una preparación para discernir qué abrazo y qué dejo ir de mí mismo. Preguntarme qué tipo de educador quiero ser, dónde encuentro la inspiración, cuál es mi sueño personal… Párate, regálate espacios de profundidad y sentido personales y de equipo, y el camino de la transformación se dibujará solo.

¡Feliz travesía!