En un mundo que avanza claramente hacia la disrupción y el cambio, el reto fundamental de la educación es aprender a construir futuros educativos distintos de los actuales que nos permitan avanzar hacia una educación más integral de la persona, en la que el aprendizaje y el desarrollo humano se potencien e integren, para estar preparados y preparadas para los desafíos del futuro. No se trata solo de incorporar nuevas herramientas o metodologías, sino de redefinir el propósito educativo para potenciar el crecimiento de cada persona y su impacto en la sociedad.

EDUCAR en todas sus acepciones y niveles se convierte en un elemento fundamental de todas las instituciones, incluida la educación superior.

En este contexto, identificamos siete tendencias educativas que marcarán la transformación educativa en 2025:

• La IA se incorpora en las instituciones educativas como un eje disruptivo de transformación que afecta progresivamente tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje y evaluación, como la planificación y gestión educativa.

• Énfasis en las habilidades y competencias para la vida (más allá de las soft skills), con progresivo protagonismo del perfil humano transversal de salida del estudiantado. Son fundamentales para desenvolverse en un mundo incierto y cambiante.

• Avance en la coherencia de la implementación de metodologías activas en el proceso de enseñar y aprender para dar protagonismo al alumnado. El trabajo cooperativo y el trabajo por proyectos cobran un papel esencial al integrar dimensiones socioemocionales y cognitivas para una educación más auténtica y experiencial.

• Apuesta por el aprendizaje que incorpora la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad, combinadas con la resolución de retos y problemas complejos del entorno. La resolución de problemas y la innovación social se convierten en ejes del currículo, lo que prepara a los estudiantes para contribuir activamente a la transformación del entorno.

• El bienestar de la comunidad educativa como prioridad colectiva y pilar fundamental que asegura un entorno y un ambiente educativo en todos los tiempos y espacios. Las instituciones adoptan progresivamente estrategias de acompañamiento, autorregulación y autocuidado para así asegurar entornos seguros, inclusivos y motivadores.

• Inclusión efectiva en las actividades, asignaturas y proyectos de los enfoques y temas vinculados a la sostenibilidad. Esto se traduce en programas educativos cada vez más sensibles a esta problemática colectiva.
• Impulso de las competencias digitales de todos los miembros de la comunidad educativa para tener personas competentes en este ámbito.

Para nosotros, estas tendencias no son solo predicciones, sino elementos clave que deben formar parte de nuestro proyecto educativo o plan de acción para transformar la educación. El problema fundamental es cómo visionamos dónde queremos estar dentro de cinco años, por ejemplo, y de qué manera construimos nuestro camino para llegar ahí. Y es aquí donde podemos ayudarte con nuestra experiencia y metodología del camino de la transformación. El futuro de la educación se construye hoy.