Nuevas miradas y tendencias educativas de la pospandemia
Ya hace tiempo que vengo afirmando que habrá un antes y un después de la crisis de la COVID-19 en el ámbito educativo. Pero no nos confundamos, ya estamos en ese “después” y, por tanto, hablar de tendencias educativas de la pospandemia es hablar ya en presente, no en futuro.
El impacto que ha supuesto la pandemia ha provocado que las personas, las instituciones educativas y la sociedad en general hayan tenido que repensar su vida y, sobre todo, su mirada hacia el mundo.
Lo que sí es cierto es que, antes de la llegada de la COVID-19 a nuestras vidas, la educación ya estaba en crisis: ya estaba “obsoleta” en lo relativo a los elementos básicos del proceso de enseñar y aprender, porque la inercia de las propias instituciones no les permitía salir y abrirse a nuevas posibilidades.
Las vivencias y los aprendizajes (tecnológicos y de relación y vínculo) han hecho evolucionar a muchos equipos directivos e instituciones educativas, que han aprovechado la salida de la crisis pandémica para impulsar proyectos de transformación educativa.
Muchos de los cambios que se están introduciendo pasan por definir un perfil educativo de salida del alumnado basado en los rasgos y competencias que se desean alcanzar y, a partir de aquí, estructurar un nuevo modelo educativo. Este nuevo modelo educativo tendrá que poner al alumnado en el centro utilizando la tecnología disponible y deberá implementar en el aula y en el centro estos cambios para seguir avanzando.
¿Qué tendencias educativas de la pospandemia han venido para quedarse?
El informe Innovating Pedagogy 2022, que han publicado la Open University y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), recoge las 10 tendencias pedagógicas pospandemia de las que más se oirá hablar.
Quiero pensar que, más que pedagogías (que es una palabra muy sonora), se quieren referir a experiencias o tendencias educativas que se han ido desarrollando en los últimos años y que, con la crisis de la COVID-19, han servido de fuente de inspiración para que numerosas instituciones educativas se atrevan a emprender acciones para conseguir innovación y cambio.
Algunas de ellas son tan necesarias como la pedagogía de la autonomía. Es fundamental que el alumnado tome las riendas de su aprendizaje, y se convierta así en el protagonista autónomo de su proyecto vital.
Teniendo en cuenta que los sistemas duales o híbridos han venido para quedarse, destacaría también la importancia de la educación para el bienestar. Las instituciones educativas tienen que poner a la persona, su desarrollo y crecimiento en el centro (ya sea la persona del alumno o la del docente) del proceso de enseñar y aprender, y generar atmósferas y entornos de inclusión y respeto.
Como cualquier tendencia, algunas de las que señala el informe, con el paso del tiempo, se diluirán o se integrarán en otras, como es el caso de la pedagogía del malestar, que se refiere a un proceso de autoexamen que sirve para que el alumnado se cuestione de una manera crítica sus sistemas de pensamiento como la opresión, el racismo o la injusticia social. Se denomina así porque es un proceso que puede provocar una amplia gama de emociones, incluida la del malestar. A pesar de lo efímero de su propuesta, nos puede hacer reflexionar; de aquí su utilidad.
Cuatro claves para la educación en los próximos años
Además de las que menciona el informe, me gustaría ir más allá e introducir algunas tendencias educativas de la pospandemia que no están presentes en él y que considero que van a ser clave en los próximos años, como son:
- El acompañamiento integral del alumnado a lo largo de todo su ciclo, pero englobando mucho más que las actuales tutorías, que ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que ya han quedado superadas.
- El trabajo cooperativo y en comunidad entre el alumnado y el equipo docente.
- La incorporación de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad, que nos hace ir más allá de la simple concatenación de asignaturas.
- La experiencia que vive el alumnado como elemento fundamental del aprendizaje, lo que nos impulsa a diseñar, crear y dinamizar experiencias de aprendizaje y desarrollo que amplíen la “simple” vivencia de una asignatura dentro de una clase más o menos magistral.
Continuaremos observando las experiencias y tendencias de transformación y cambio de la salida de la pandemia. En pocas semanas, volveremos a escribir en torno a este importante tema. ¿Tienes alguna sugerencia o comentario al respecto? ¡Te esperamos en los comentarios!
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