¿Cómo reformular el modelo educativo para conseguir alcanzar el perfil de salida del alumnado?

Como continuación de los dos artículos anteriores publicados en este blog destinados a explicar de forma sintética nuestra metodología RIEDUSIS del camino de la transformación integral de una institución educativa, escribo este tercer post para presentar uno de sus pasos más importantes del proceso de cambio: reformular el modelo educativo del centro escolar o la universidad.

Necesitamos replantear el modelo educativo actual para asegurarnos de que obtendremos el perfil de salida que nos hemos planteado. Este es un punto de inflexión que marca la diferencia entre ir innovando sobre la marcha el proceso de enseñar y aprender existente o plantear su transformación a fondo.

Por supuesto que, de forma paralela a la decisión de reformular el modelo educativo, es muy aconsejable hacer un primer contraste respecto a cómo sale actualmente nuestro alumnado. No es imprescindible hacerlo ahora, se puede hacer más adelante; pero lo que está claro es que es una de las cosas más importantes a incorporar en nuestro proceso de cambio institucional y que puede ser una importante palanca o resorte para impulsar la transformación. En estos momentos, en Reimagine Education ya disponemos de una herramienta, construida conjuntamente con un prestigioso grupo de investigación nuniversitario, que lo permite hacer de forma ágil y económica..

¿Qué entendemos por modelo educativo?

Entendemos por modelo educativo “el conjunto de direcciones y enfoques pedagógicos que orientan la cultura y la acción de una institución educativa, con el fin de proveer al equipo docente de los elementos necesarios para diseñar e implementar los programas educativos”.

El modelo educativo tiene por objetivo dar coherencia y cohesión a la acción educativa de la institución en todas sus ofertas y actividades específicas y, por tanto, garantizar la consecución de su misión.

reformular modelo educativo

¿Qué documentos debe tener cualquier modelo educativo?

Las líneas educativas básicas (LEB) son las grandes líneas o estrategias generales de aprendizaje comunes en toda la institución educativa y que nos aseguran la coherencia de todas las acciones de cambio. Son la herramienta global y general de la institución para establecer un nuevo modelo educativo y conseguir, de esta forma, acercarnos a los rasgos y a los impactos que queremos conseguir. Las LEB son el fundamento de la transformación del proceso de enseñar y aprender, por lo que deben basarse en nuestro conocimiento, intuición, experiencia y evidencia científica.

Las opciones metodológicas (OM) son métodos pedagógicos concretos existentes y definidos que, en el marco de las LEB y orientados a los rasgos e impactos definidos en el perfil de salida, nos permiten concretar cómo trabajaremos de forma específica las líneas educativas básicas en el aula con el profesorado y el alumnado.

Las opciones de contenido (OC) son las decisiones respecto al currículum, en forma de criterios, que nos permiten el enfoque (más o menos globalizado) y la priorización y selección (amplitud y profundidad) para hacer del contenido la herramienta imprescindible que vehicula el aprendizaje y la educación de la persona.

Es importante tener en cuenta que un enfoque más o menos globalizado genera una identidad, un marco mental y una mirada del alumnado distintos a los de su entorno y el mundo. Por otra parte, el enfoque actualizado de las diversas disciplinas nos debe permitir alcanzar un aprendizaje más significativo y actualizado. Finalmente, la eliminación de repeticiones en el currículum, la nueva ordenación de contenidos y el descarte de elementos más residuales van a ser fundamentales para afrontar el cambio profundo, ya que necesitamos un currículum para la vida, no una vida para asimilar el currículum.

Finalmente, la definición del canal de relación y trabajo con nuestro alumnado y las opciones tecnológicas consecuentes también deben formar parte del nuevo modelo educativo. Además de las herramientas informáticas y digitales, entendemos por canal de relación en el marco de la comunidad educativa el canal presencial (coincidencia en el espacio físico y en el tiempo) y el canal online o virtual, que permite la coincidencia o no en el tiempo, pero no en el espacio físico.

La crisis que propició el coronavirus nos obligó a pasar de la presencialidad a la enseñanza remota de emergencia (ERM), y, de esta, a una nueva presencialidad híbrida y flexible que incorpora el canal en línea combinado con la presencialidad. Esta es ya una de las revoluciones más importantes del siglo XXI, y nos abre un sinfín de posibilidades y combinaciones que es imprescindible tener en cuenta en la reformulación y prototipado de nuestro proceso de cambio educativo.

reformular model educatiu

Objetivo: reformular el modelo educativo mediante un “diseño hacia atrás”

Hasta ahora, hemos implementado diseños de enseñar y aprender “hacia adelante”, es decir, siempre hemos partido de los recursos disponibles y las actividades que ya habíamos llevado a cabo para intentar conseguir resultados distintos. Ahora va a ser diferente: vamos a hacer lo que se denomina un diseño hacia atrás. Es decir, vamos a partir de los rasgos y los impactos del perfil de salida del alumnado y, yendo hacia atrás, vamos a ver cómo podemos reorganizar los recursos disponibles y replantear a fondo las actividades que implementaremos para conseguir unos resultados distintos que apunten a unos impactos vinculados al modelo de persona. Este es nuestro objetivo.

Antes de empezar a reformular a fondo el modelo educativo actual (o su ausencia) por otro nuevo, va a ser importante tomar consciencia, identificar y poner palabras al modelo educativo que tenemos en marcha. Este paso previo es muy importante, ya que, a menudo, no tenemos un documento claro y actualizado de las direcciones y enfoques pedagógicos mayoritarios actuales y puede que tengamos la información, pero dispersa, confusa o, simplemente, muy teórica y alejada de la realidad del aula. Incluso puede ser que pongamos más atención en algunas prácticas innovadoras pero minoritarias y poco representativas, o que tengamos muchas diferencias entre las distintas etapas de nuestro centro o facultades de nuestra universidad.

Por tanto, antes de empezar a formular las nuevas LEB, OM, OC y el canal de relación y la tecnología, aconsejamos escribir de forma sintética y consensuada lo que denominamos las líneas educativas básicas actuales, sobre la base de la realidad de lo que pasa mayoritariamente en nuestras aulas, para, a partir de ahí, identificar, compartir y redactar las LEB que soñamos tener para conseguir realmente un cambio integral en nuestro modelo de enseñar y aprender para llegar al perfil de salida que tenemos planteado.

Debemos educar para la vida, para el mundo que viven y van a vivir nuestros alumnos y nuestros hijos… no para el mundo que hemos vivido los profesores y los padres. Y esto requiere ir más allá de lo que se ha hecho siempre, o de lo que se ha hecho hasta ahora o, incluso, de lo que estamos haciendo ahora mismo. Es decir, requiere reformular a fondo el modelo educativo actual de nuestra institución. ¿Te acompañamos a hacerlo?

¿Cómo gestionar la energía y el tiempo para conseguir un futuro educativo diferente?

Personalmente, algo que me ha sorprendido siempre mucho del mundo educativo, especialmente de las escuelas, pero a menudo también de las universidades, es la dificultad de los equipos directivos (entendiendo este concepto de forma amplia) para destinar tiempo y energía del presente para preparar un futuro educativo diferente para los alumnos que vendrán.

Hay varios elementos que me gustaría destacar al respecto. En primer lugar, la tendencia a centrarlo todo en la acción y no reservar tiempo para la reflexión. Normalmente, los tiempos especialmente pensados para parar y reflexionar, leer el entorno y formular miradas hacia el futuro son muy escasos. La acción, y solo la acción constante, para resolver multitud de incidencias cotidianas, nos absorbe.

En segundo lugar, centrados en esta acción absorbente, damos al día a día toda la energía que tenemos… y más. Es decir, le destinamos el 125 o el 150 % de lo que somos y hacemos. Día tras día, año tras año. Seguramente hay momentos en los que pensamos que llegará una semana o un día en los que no tendremos incidencias o acciones por hacer y, entonces, por fin, podremos reflexionar sobre lo que es realmente importante y las cuestiones de fondo… Y ese momento no llega nunca, lo que genera un cansancio y una frustración considerables.

conseguir un futuro educativo diferente

¿Se puede salir de lo cotidiano y pensar en un futuro educativo diferente?

Creo que estos dos hechos de más arriba tienen mucho que ver con el encargo que los equipos directivos han interiorizado, en línea, seguramente, con lo que el sistema educativo les ha pedido: hacer que las cosas funcionen cotidianamente de la mejor manera posible y con las mínimas interrupciones y conflictos posibles. Y, esto, por supuesto, es importante. Pero, con este encargo, hoy, en un mundo en plena transformación y cambio, ya no hay suficiente.

Hay otro encargo tan importante como este: preparar un futuro educativo diferente para las generaciones de alumnos que todavía no se han incorporado a la escuela. O para los que se acaban de incorporar (por ejemplo, con 3 años) y que aún tienen 14 años de educación por delante. De hecho, un niño que se haya incorporado a la escuela con 3 años, saldrá en junio de 2038.

Se trata de dirigir, coordinar e impulsar con ambas manos: con una, aseguramos el día a día; con la otra, reservamos espacios, energía y tiempo para crear un futuro educativo diferente. Esta segunda mano también es nuestra responsabilidad y debe formar parte de nuestro encargo. Y tendremos que desarrollarlo con los recursos de los que disponemos (pidiendo siempre que nos den más) y con el tiempo que gestionamos. No digo que sea fácil, pero conozco a muchas directivas y directivos de la educación que lo hacen y avanzan hacia innovaciones y cambios trascendentales para los niños, niñas y jóvenes actuales y, sobre todo, para los que vendrán en el futuro.

futur educatiu diferent

Mi experiencia desde el punto de vista de Reimagine Education

Esto que explico, además, está presente en todos los países (cerca de 15) de Europa, América y África en los que colaboramos con instituciones educativas para impulsar este y otros cambios. Me atrevería a decir, pues, que es un hecho universal de la educación, que, junto con la gran inercia que también arrastra la organización educativa, dificulta el camino de la transformación y exige una gran dosis de convicción y liderazgo consciente por parte de los equipos directivos.

De hecho, los dos años que pude trabajar profesionalmente en el sector de la salud como gerente de un importante instituto de investigación dentro de uno de los mayores y más avanzados hospitales de Europa, me sorprendió el convencimiento y la práctica de los profesionales de la salud de reservar siempre una parte de su tiempo de hoy para investigar y formarse para poder curar más y mejor a los enfermos de mañana… Si no, me decían, la salud no avanzará. Y me mostraban indicadores de mejora en los cuidados y los resultados que seguían de forma permanente.

Y yo me pregunto: ¿Cómo puede ser que los profesionales de la educación no incorporemos esta mirada y marco mental de buscar un futuro educativo diferente para los alumnos que todavía no conocemos? No será porque la vida en un gran hospital no sea intensa y no falten tiempo y recursos como en la educación.

Y, entonces, ¿por qué será? Espero vuestras reflexiones sobre todas estas cuestiones en los comentarios.

Metodologías centradas en el desarrollo de habilidades personales para la vida del alumnado

Cada semana acostumbro a dedicar un poco de tiempo a leer las últimas publicaciones y estudios sobre temas directamente relacionados con la transformación educativa que impulso y desarrollo junto con decenas de instituciones educativas. Y, en los últimos días, he encontrado dos que me han llamado la atención y que hoy quiero resaltar, relacionados con las metodologías centradas en el desarrollo de habilidades personales para la vida del alumnado.

El primer estudio hace referencia a la investigación titulada “Métodos centrados en el estudiante. Sus efectos en las estrategias y los enfoques de aprendizaje de los universitarios” (1), de Laura Barboyon y Bernardo Gargallo, docentes de la Universidad de Valencia. Como ellos mismos explican “el objetivo de esta investigación fue valorar si la aplicación de métodos centrados en el aprendizaje provocaría mejorar en las estrategias y los enfoques de aprendizaje de los alumnos con respecto al grupo control, el cual recibió formación con un formato metodológico centrado en la enseñanza“. Se hizo uso de un diseño cuasiexperimental de cohortes con grupo de control no equivalente. Integraban la muestra 243 estudiantes de Pedagogía y Educación Social de esta universidad que cursaven una materia de 1.º curso.

La investigación es muy interesante, y su conclusión es clara: “Los resultados que se obtuvieron fueron positivos. Los estudiantes que recibieron intervención educativa con métodos centrados en el alumno mejoraron sus estrategias de aprendizaje e incrementaron el enfoque profundo de aprendizaje en comparación con sus compañeros que habían cursado la misma asignatura con métodos tradicionales”.

Soft Skills

¿Cómo favorecer el desarrollo de habilidades personales para la vida del alumnado?

La segunda investigación se titula Integrating self-regulated learning and individual differences in the prediction of university academic achievement across a three-year-long degree (2) y la coordinó Juan-Carlos Pérez-González, profesor de la UNED y vicedecano de su Facultad de Educación. El estudio consistía en evaluar una serie de variables psicológicas de estudiantes de la Universidad de Lleida al inicio de su titulación universitaria en Educación para, posteriormente, registrar su rendimiento académico medido a través de las calificaciones de asignaturas en los tres cursos de duración de la titulación.

Entre los principales hallazgos de la investigación destaca el hecho de que aproximadamente el 25 % del nivel de calificaciones estaba relacionado con variables psicológicas no intelectuales, también conocidas como no cognitivas o habilidades blandas (soft skills). “Confirmar que un cuarto del rendimiento académico en la universidad puede depender de habilidades blandas es un hallazgo relevante”, señala Pérez-González, “pues, según diversos investigadores, estas variables personales son más maleables y educables que las de carácter cognitivo como la inteligencia general o el razonamiento inductivo, variables que, en esta investigación, no mostraron apenas relación con el nivel de calificaciones logrado”.

desenvolupament dhabilitats personals per a la vida de l’alumnat

Necesidades urgentes en la transformación de la educación superior

Ambas investigaciones, y sus reflexiones y conclusiones, me parecen muy relevantes, y las hago coincidir en este post por dos razones fundamentales. En primer lugar, porque están centradas en la educación superior, lo cual me parece muy importante en este momento, y, en segundo lugar, porque abren camino en dos temas vitales para la transformación de la universidad en los que desde hace ya algunos años venimos insistiendo y que podemos sintetizar en estos dos puntos:

  • La urgencia de establecer perfiles de salida o egreso del alumnado universitario en los que se priorice el desarrollo humano relacionado con el autoconocimiento y lo que se denominan las habilidades para la vida.
  • La necesidad de que la educación superior evolucione hacia modelos educativos que, basándose en los nuevos perfiles humanos de salida, pongan verdaderamente al alumnado en el centro del proceso de aprendizaje y utilicen metodologías activas en las que sea este el verdadero protagonista.

Y, por supuesto, este tipo de evidencias nos pueden ayudar también a impulsar nuevas e innovadoras experiencias de aprendizaje en las etapas escolares de infantil, primaria y secundaria que eduquen y desarrollen a la persona y sus habilidades para la vida a lo largo de todos estos años, pues, como multitud de estudios científicos ponen de manifiesto, son un elemento fundamental para poder tener una vida plena.

 

BIBLIOGRAFÍA

(1) Barboyon Combey, L. y Gargallo López, B. (2021). “Métodos centrados en el estudiante. Sus efectos en las estrategias y los enfoques de aprendizaje de los universitarios”. En Teoría De La Educación. Revista Interuniversitaria, 34(1), 215–237. https://doi.org/10.14201/teri.25600

(2) Pérez-González, JC., Filella, G., Soldevila, A. et al. “Integrating self-regulated learning and individual differences in the prediction of university academic achievement across a three-year-long degree”. En Metacognition Learning (2022). https://doi.org/10.1007/s11409-022-09315-w

¿Cómo construir una nueva estrategia de transformación?

Como ya explicamos en un artículo anterior sobre la metodología RIEDUSIS, una vez establecida una buena teoría para el cambio que incorpore de dónde venimos y hacia dónde queremos ir como institución, que explique claramente por qué y para qué queremos ir más allá de lo que hemos hecho hasta ahora y que dibuje un primer esbozo del sueño que perseguimos como comunidad educativa con el perfil de salida del alumnado como base, estamos preparados para dar el siguiente paso: construir una nueva estrategia de transformación.

¿Cómo replantearnos nuestra estrategia de cambio y adaptarla al nuevo mundo que estamos viviendo?

Tenemos que ver este momento histórico, en el que el mundo avanza a trompicones que nos desmontan los marcos mentales anteriores y que nos obligan a responder de otra forma y adaptar nuestra actividad educativa y organización, como una oportunidad. Una oportunidad para replantearnos, también, nuestro mapa e itinerario de transformación y cambio.

Probablemente, en los últimos años, y especialmente antes de la crisis de la COVID-19, hemos avanzado a base de iniciativas de innovación distribuidas en toda la institución y que se abrían paso a la vez. Podemos denominar este conjunto de innovaciones ya implementadas, o en curso, como microexperiencias de innovación. Estas experiencias de innovación nos han exigido mucho esfuerzo y energía, y han significado, en sí mismas, un buen entrenamiento. Sin embargo, la sensación es ambivalente, ya que, por un lado, somos conscientes de que este conjunto de innovaciones, por sí solas, de forma acumulativa, no nos van a llevar a la transformación que necesitamos. Pero, por otro lado, si estamos donde estamos, es, en parte, por el aprendizaje y la flexibilidad que estas mismas microexperiencias nos han aportado.

Y, entonces, ¿cómo lo hacemos para seguir avanzando en la innovación y el cambio? Necesitamos una estrategia de cambio distinta.

estrategia de cambio

¿Qué herramientas necesitamos para construir una nueva estrategia de transformación?

Con la profundidad que queremos transformar el proceso de enseñar y aprender y el conjunto de la institución, va a ser imposible transformar de golpe y de forma simultánea toda nuestra institución en todos sus cursos o ciclos. Ahora que ya hemos visto el esfuerzo que conlleva implantar algunas innovaciones, nos damos cuenta de que no hay energía ni capacidad instalada suficientes en el interior de nuestra institución para hacer el cambio de una vez.

Nace así el concepto de implementar experiencias avanzadas de cambio en algunas partes de nuestra institución (en dos cursos, un ciclo o una etapa) o iniciativas transversales (IT) dirigidas a toda la institución educativa en lo que respecta a una innovación o aspecto o proyecto en concreto.

Podemos definir una experiencia avanzada de cambio (EAC) como un proyecto de transformación profunda e integral de uno o dos cursos (etapas o ciclos) en el que incorporamos todos los elementos de cambio con los que soñamos. Es una herramienta que nos permite transformar la institución por partes para que sea sostenible y podamos aprender haciendo. Una EAC se estructura mediante el diseño, el desarrollo y la producción de los elementos necesarios para que se pueda llevar a cabo, capitalizando todas las innovaciones que ya hemos implementado hasta ahora, pero buscando dar un salto importante.

Por otra parte, consideramos la iniciativa transversal (IT) como un proyecto de transformación profunda e integral longitudinal (de varios cursos o etapas o, incluso, de toda la institución) basada en la incorporación de una nueva actividad o experiencia en todos o en parte de los años y cursos. Esta nueva actividad o experiencia (por ejemplo, un replanteamiento profundo de la tutoría a todos los niveles o un proyecto lector coherente) se plantea de forma coordinada y tiene elementos tractores de cambios identificables y específicos.

Esta nueva forma de avanzar es lo que denominamos nueva estrategia de cambio, y es lo que nos permite afrontar la transformación de la institución educativa de forma distinta y más profunda, en un ciclo de reflexión-acción-evaluación-ampliación que explicaremos en futuros artículos en los que seguiremos contando los elementos básicos de nuestra metodología RIEDUSIS, y en los que también veremos que la evaluación de estas EAC o IT es una pieza fundamental.

construir una nova estratègia de transformació

¿Cómo debemos avanzar una vez planteada una nueva estrategia de transformación?

La piedra angular sobre la que descansa el proceso de transformación y cambio de nuestra institución es la participación de la comunidad educativa. Las transformaciones profundas requieren de la implicación de todos los miembros de la comunidad educativa en procesos participativos que generen inspiración y sueño. Se trata de implicar a docentes, estudiantes, familias y entorno en el tipo de institución educativa que queremos construir, entre todos y todas, en esta década. Es una forma muy hermosa de construir un sueño colectivo. El proceso de participación es, pues, una herramienta que nos permite generar nuevos horizontes compartidos de sueño e ilusión, que quizás la crisis de la COVID-19 que hemos atravesado ha diluido o hecho desaparecer.

Para ello, va a ser muy importante comunicar. Comunicar con todos los actores de la comunidad educativa, y comunicar con el conjunto de la sociedad y el territorio a los que pertenecemos. Nuestra comunicación debe cambiar (ya no se trata solamente de informar) y plantearse como una arma con gran capacidad de movilización y participación para construir lo que denominamos una coalición para el cambio. Se trata de crear un estado de opinión interna y externa favorable e implicada, a todos los niveles, que nos permita diseñar, desarrollar, producir e implementar iniciativas de cambio.

Hay que comunicar que nos movemos, que avanzamos en la transformación educativa, que vamos a ir más allá de lo que hemos hecho hasta ahora aprovechando todos los resortes y todas las posibilidades que tengamos, y que lo vamos a hacer todos juntos.

Y para ello vamos a necesitar un relato. Planteamos el relato como una herramienta de comunicación que explica de forma sencilla y convincente el desafío que representa el proceso de transformación educativa que planteamos. El relato es fundamental para motivar la capacidad como comunidad educativa de afrontar satisfactoriamente la transformación que queremos conseguir, y es la antesala de la implicación y el compromiso necesarios para superar el reto común.

El relato debe presentar las propuestas concretas para llevar a cabo la transformación con la que soñamos. El lenguaje del relato debe ser claro, directo y convincente para enamorar y movilizar hacia la acción. Normalmente se deduce y se redacta a partir de la teoría para el cambio e integra la nueva estrategia de transformación; es una herramienta potente que debemos construir.

La comunicación y el relato se convierten, de esta forma, en el marco general de un proceso de participación de la comunidad educativa que busca definir un sueño común, nuevo y distinto, de la educación que llevamos a cabo y ofrecemos en nuestra institución.

Soñar con una nueva educación, escolar o universitaria, es fundamental para transformar nuestra institución… y el mundo. ¿Te atreves?

Retos de la educación ante la emergencia climática

El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático: es un día para tomar consciencia de este fenómeno que afecta a todo el planeta (aunque de forma desigual), comprender sus causas y consecuencias y, sobre todo, pasar a la acción también desde la educación, ¿cuáles son los retos de la educación ante la emergencia climática?

Por cambio climático entendemos el proceso de cambio de la climatología y la temperatura general de la Tierra como resultado de la acción humana, especialmente por la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases, los generamos principalmente con la quema de combustibles fósiles, el uso del suelo, el uso de la energía y las actividades industriales (incluyendo la agricultura y la ganadería industriales). Más allá de estas causas materiales, existen unos puntales intangibles que sustentan estas prácticas. Algunos pueden ser el sistema capitalista, la visión mecanicista de la naturaleza o la cultura de explotación y dominación de recursos y personas.

Es un fenómeno que, por tanto, además de incluir el ámbito medioambiental y de la salud pública, se extiende también al ámbito social y de los derechos humanos, ya que afecta especialmente a las generaciones futuras e incide de forma más intensa en las regiones del planeta donde hay mayor concentración de pobreza. También se hace más presente en las poblaciones más vulnerables, lo que pone de manifiesto las desigualdades de clase, género, sexualidad, racismo y colonialismo.

Reptes de l’educació davant l’emergència climàtica

¿Qué se está haciendo ante la emergencia climática?

Desde hace décadas, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) expone la gravedad de las consecuencias del cambio climático tanto para la humanidad como para todos los seres vivos del planeta, e insta a tomar medidas urgentes en los ámbitos gubernamental, empresarial y ciudadano, y también, muy especialmente, en el ámbito educativo.

La educación es, a nuestro entender, un ámbito desde el cual podemos llevar a cabo un trabajo muy importante. Este trabajo relacionado con el cambio climático, lo vemos muy vinculado al proceso de transformación de la educación que planteamos desde este blog y, esta semana, nos parece clave centrarnos en él y hablar sobre él.

Una de las acciones que se plantean a menudo para relacionar el cambio climático y la transformación educativa se basa en la oportunidad que nos brinda el enfoque globalizador de los contenidos educativos. Efectivamente, si en nuestras opciones de contenidos dentro del modelo educativo hemos optado por el enfoque globalizador, encontramos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) una forma diferente de enfocar el problema y trabajarlo con nuestros alumnos. La apuesta por la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad nos ayuda a comprender e interpretar la realidad desde otra perspectiva, y nos prepara para comprometernos de otra forma. Este nos parece ya un camino insoslayable que cualquier proyecto educativo debe asumir y, especialmente, cualquier proyecto educativo de innovación y cambio.

Retos de la educación ante la emergencia climática

¿Cuáles son los retos de la educación ante la emergencia climática?

Seguramente, hay que ir más allá, ya que con la mejora de la eficiencia energética y tecnológica que podemos conseguir en los próximos años no habrá suficiente. Necesitamos un cambio de estilo de vida colectivo que se sustente en una relación diferente con la naturaleza. Tenemos muchas formas de aproximarnos a esta relación diferente con la naturaleza que proponemos, pero un posible camino, todavía poco explorado, lo tenemos en la definición del perfil humano de salida de nuestro alumnado. Podemos plantearnos que, más allá de la perspectiva mecanicista y materialista del mundo y la naturaleza y de la visión que aportan las ciencias naturales y el estudio del medio, podríamos incluir en este perfil y en nuestros objetivos educativos conseguir un vínculo más cercano, natural y diferente de los alumnos con la naturaleza.

Se trataría de ir más allá de los necesarios conocimientos más académicos para cultivar y nutrir un vínculo más profundo con la naturaleza en toda la comunidad educativa: el profesorado, el alumnado, las familias y la ciudadanía. Un vínculo emocional e íntimo que fuera la base de una relación personal sana, equilibrada y armoniosa entre el planeta, con la Madre Tierra, y todos sus habitantes.

Y, si el reto es cultivar una relación y un vínculo diferentes con la naturaleza que nos acompañen hacia unos comportamientos diferentes como sociedad, deberemos hacerlo con formas diferentes a las que hemos utilizado hasta ahora. Tenemos varios caminos… Uno podría ser, sencillamente, como docentes y miembros de equipos directivos de instituciones educativas, pasar más ratos en la naturaleza para buscar un vínculo diferente con ella: desde un parque urbano a un bosque, una montaña, una playa o un prado. Y convertirlo en un hábito cotidiano en el que reservamos unos minutos para, simplemente, pasear por la naturaleza y observarla en silencio, con los sentidos del cuerpo y del corazón bien abiertos. Otra vía podría ser hacer entrar la naturaleza en la escuela y darle un lugar específico en el espacio y la vida del centro… Hay tantas oportunidades y posibilidades de hacerlo además del recreo y el huerto… Seguramente necesitamos replantear inercias, costumbres y miradas.

Son propuestas sencillas, pero que inician el camino de establecer un profundo vínculo con la Tierra integrado en el tipo de persona que queremos educar. ¿Hablamos?

Nuevas miradas y tendencias educativas de la pospandemia

Ya hace tiempo que vengo afirmando que habrá un antes y un después de la crisis de la COVID-19 en el ámbito educativo. Pero no nos confundamos, ya estamos en ese “después” y, por tanto, hablar de tendencias educativas de la pospandemia es hablar ya en presente, no en futuro.

El impacto que ha supuesto la pandemia ha provocado que las personas, las instituciones educativas y la sociedad en general hayan tenido que repensar su vida y, sobre todo, su mirada hacia el mundo.

Lo que sí es cierto es que, antes de la llegada de la COVID-19 a nuestras vidas, la educación ya estaba en crisis: ya estaba “obsoleta” en lo relativo a los elementos básicos del proceso de enseñar y aprender, porque la inercia de las propias instituciones no les permitía salir y abrirse a nuevas posibilidades.

Las vivencias y los aprendizajes (tecnológicos y de relación y vínculo) han hecho evolucionar a muchos equipos directivos e instituciones educativas, que han aprovechado la salida de la crisis pandémica para impulsar proyectos de transformación educativa.

Muchos de los cambios que se están introduciendo pasan por definir un perfil educativo de salida del alumnado basado en los rasgos y competencias que se desean alcanzar y, a partir de aquí, estructurar un nuevo modelo educativo. Este nuevo modelo educativo tendrá que poner al alumnado en el centro utilizando la tecnología disponible y deberá implementar en el aula y en el centro estos cambios para seguir avanzando.

tendecias educativas pospandemia hoy

¿Qué tendencias educativas de la pospandemia han venido para quedarse?

El informe Innovating Pedagogy 2022, que han publicado la Open University y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), recoge las 10 tendencias pedagógicas pospandemia de las que más se oirá hablar.

Quiero pensar que, más que pedagogías (que es una palabra muy sonora), se quieren referir a experiencias o tendencias educativas que se han ido desarrollando en los últimos años y que, con la crisis de la COVID-19, han servido de fuente de inspiración para que numerosas instituciones educativas se atrevan a emprender acciones para conseguir innovación y cambio.

Algunas de ellas son tan necesarias como la pedagogía de la autonomía. Es fundamental que el alumnado tome las riendas de su aprendizaje, y se convierta así en el protagonista autónomo de su proyecto vital.

Teniendo en cuenta que los sistemas duales o híbridos han venido para quedarse, destacaría también la importancia de la educación para el bienestar. Las instituciones educativas tienen que poner a la persona, su desarrollo y crecimiento en el centro (ya sea la persona del alumno o la del docente) del proceso de enseñar y aprender, y generar atmósferas y entornos de inclusión y respeto.

Como cualquier tendencia, algunas de las que señala el informe, con el paso del tiempo, se diluirán o se integrarán en otras, como es el caso de la pedagogía del malestar, que se refiere a un proceso de autoexamen que sirve para que el alumnado se cuestione de una manera crítica sus sistemas de pensamiento como la opresión, el racismo o la injusticia social. Se denomina así porque es un proceso que puede provocar una amplia gama de emociones, incluida la del malestar. A pesar de lo efímero de su propuesta, nos puede hacer reflexionar; de aquí su utilidad.

cuatro claves de las tendencias educativas pospandemia

Cuatro claves para la educación en los próximos años

Además de las que menciona el informe, me gustaría ir más allá e introducir algunas tendencias educativas de la pospandemia que no están presentes en él y que considero que van a ser clave en los próximos años, como son:

  • El acompañamiento integral del alumnado a lo largo de todo su ciclo, pero englobando mucho más que las actuales tutorías, que ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que ya han quedado superadas.
  • El trabajo cooperativo y en comunidad entre el alumnado y el equipo docente.
  • La incorporación de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad, que nos hace ir más allá de la simple concatenación de asignaturas.
  • La experiencia que vive el alumnado como elemento fundamental del aprendizaje, lo que nos impulsa a diseñar, crear y dinamizar experiencias de aprendizaje y desarrollo que amplíen la “simple” vivencia de una asignatura dentro de una clase más o menos magistral.

Continuaremos observando las experiencias y tendencias de transformación y cambio de la salida de la pandemia. En pocas semanas, volveremos a escribir en torno a este importante tema. ¿Tienes alguna sugerencia o comentario al respecto? ¡Te esperamos en los comentarios!

Dos semanas intensas viviendo la transformación educativa en Latinoamérica

Salí de Barcelona el pasado día 24 de septiembre y estaré volviendo a casa justo en el momento que se publique este post. Habrán sido más de dos semanas de viaje y colaboración con diversas instituciones educativas de educación primaria, secundaria y terciaria que culminan más de tres años de trabajo conjunto para hacer realidad la transformación educativa en Latinoamérica.

Primera parada: Uruguay

Empecé el viaje en Uruguay, donde, como ya explicaba en un artículo anterior, participé en el congreso que organizó la AUDEC (Asociación Uruguaya de Escuelas Católicas) que se denominaba VIVENCIANDO LA TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA. Fueron tres días extraordinarios, en los que más de un centenar de directivos de escuelas de Uruguay y Argentina pudieron vivir, reflexionar y compartir la realidad de ocho escuelas de infantil, primaria y secundaria con transformaciones en marcha.

Todo ello es fruto de un trabajo conjunto entre la AUDEC y Reimagine Education, en colaboración con otras órdenes religiosas (Maristas, Jesuitas y Salesianos), que empezó en el año 2019 y que, después de tres años y con la crisis de la COVID-19 de por medio, está dando ya unos frutos muy significativos. Actualmente, tenemos 20 escuelas más en Uruguay que han seguido las formaciones que hemos hecho en torno a la metodología de transformación educativa RIEDUSIS y que están preparando proyectos de innovación y cambio que probablemente verán la luz en los años 2023 y 2024. Definitivamente, una ola de cambio educativo importante para Uruguay.

No esconderé que, en muchos momentos del encuentro, me invadió un sentimiento de emoción profunda y de estar viviendo un cambio de fase fundacional, ya que, como decía en otro post, ya no es necesario viajar a Barcelona para entrar en contacto directo con el cambio educativo bien preparado y llevado al aula. Y, esto, para Latinoamérica, es muy importante.

transformación educativa en Latinoamérica

Segundo destino: Bolivia

Y de Uruguay salté a Bolivia, donde llevo unos días colaborando con la Universidad Franz Tamayo (UNIFRANZ). Primero en La Paz y El Alto, superando el mal de altura, y después en Cochabamba, con un clima más benigno. Vivo inmerso en las experiencias y emociones de un buen número de estudiantes y profesores de esta universidad que están protagonizando un cambio en la forma de aprender y crecer como personas sin precedentes en este país. Efectivamente, hace más de un año (aquí estamos ya en el tercer semestre) se puso en marcha la transformación de tres carreras (Medicina, Administración de Empresas e Ingeniería Comercial) de acuerdo con el nuevo perfil de salida personal-profesional que define la universidad y con el nuevo modelo educativo basado en experiencias de aprendizaje del alumnado.

Estas tres carreras innovadoras son lo que, en terminología RIEDUSIS, llamamos experiencias avanzadas de cambio (EAC), que, tras una preparación previa de diseño de experiencias, desarrollo de guías y producción de materiales, permiten hacer realidad un nuevo paradigma educativo y una nueva estrategia de transformación. Y estos días, junto con otros miembros del equipo de Reimagine Education, he estado llevando a cabo lo que denominamos evaluación de proceso de estas experiencias de cambio.

Una evaluación de proceso es una acción de contraste entre el diseño elaborado y la realidad de la experiencia de cambio en marcha que tiene por finalidad identificar sus puntos fuertes y puntos débiles. Esto, en la práctica, significa hacer encuestas al alumnado, efectuar observaciones en aula, organizar focus groups con estudiantes y profesores y establecer entrevistas en profundidad con los protagonistas. Y, por supuesto, la evaluación de proceso finaliza con la elaboración de un informe que recoge las evidencias registradas e identifica los logros y desafíos a resolver, que posteriormente se plasman en un plan de mejora de las carreras transformadoras.

¿Cómo se vive desde dentro una transformación educativa en Latinoamérica?

En este post, en lo que me quiero centrar es en las profundas emociones que me ha causado vivir las observaciones de aula, y sobre todo, los focus groups con el alumnado y el equipo docente.

El entusiasmo que ha expresado el estudiantado, explicando, de forma intensa y emocionada, cómo trabajan desde el primer semestre con casos clínicos (en el caso de Medicina) o con proyectos reales de empresas (en el caso de Ingeniería Comercial y Administración de Empresas) que vertebran el aprendizaje y permiten, mediante el trabajo individual y en equipo, movilizar el contenido y aprender con sentido es impresionante. Además, escuchar al profesorado explicar con convicción que por nada del mundo volverían al modelo clásico, a pesar del esfuerzo que representa el cambio de rol y de modelo educativo, es verdaderamente reconfortante.

Empezamos a colaborar con el equipo impulsor del cambio de UNIFRANZ la última semana de agosto del año 2019, y he sentido una emoción y satisfacción inmensas al constatar, después de tres años de trabajo intenso, y a pesar de la COVID-19, cómo se puede transformar a fondo la educación superior y como se puede influir profundamente en el desarrollo personal y profesional del alumnado y el profesorado que está participando. Es un verdadero hito.

transformación educativa en Latinoamérica

Próxima parada: Bogotá

Y, para finalizar el recorrido latinoamericano, acabaré en Bogotá, donde me reuniré con la Universidad Compensar para seguir el trabajo de impulso de su transformación educativa que iniciamos hace un año, y asistiré un conversatorio, en alianza con el FODESEP (Fondo de Desarrollo de la Educación Superior), sobre REIMAGINAR LA UNIVERSIDAD PARA UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN ACELERADA.

Días intensos, con vivencias y emociones que no se olvidan y que refuerzan la convicción de que podemos conseguir la transformación educativa tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo.

¿Por qué necesitamos la metodología RIEDUSIS para avanzar en el camino de la transformación educativa?

Necesitamos nuevas miradas, herramientas y estrategias para centrarnos en una transformación profunda no solamente de nuestro proceso de enseñar y aprender, sino también del conjunto global de la institución educativa, para establecer, por ejemplo, cambios en la cultura interna, en los espacios y en la organización de la institución. En definitiva, para acompañar a las personas que conforman la comunidad educativa.

El proceso de transformación requiere de una nueva lógica para que se lleve a cabo de forma sostenible y consciente, aprovechando todas las oportunidades que se presenten. No se trata de empezar nuevas acciones sin objetivos ni de innovar con la última moda educativa o poner en marcha nuevos cambios sin evaluar los anteriores. Se trata de definir muy claramente a dónde queremos llegar e instaurar, por pasos, un nuevo sistema de enseñar y aprender y una nueva cultura interna que “llegue para quedarse” y que nos permita avanzar de forma contrastada y permanente.

Necesitamos un camino que nos ayude a andar, de forma lógica, duradera y científica, por el complejo camino de la transformación integral de nuestra institución educativa. A este camino, lo llamamos metodología del proceso de transformación profunda de una institución educativa. Y en Reimagine Education hemos creado una basándonos en nuestra experiencia de cambio, llamada RIEDUSIS.

¿En qué consiste la metodología RIEDUSIS?

La metodología RIEDUSIS (SIStema para ReImaginar la EDUcación) es un sistema lógico, ordenado y sistémico para hacer realidad el cambio. Para acompañar a las personas, a los equipos y a la institución en su camino de cambio y transformación de forma integral. Para cambiar profundamente los procesos de enseñar y aprender, las configuraciones culturales, organizativas, tecnológicas y físicas de la institución educativa.

Uno de los aportes más innovadores y originales de esta metodología es la integración en un único ecosistema de cambio de los elementos pedagógicos con los elementos de la transformación organizacional y el cambio de mirada personal. Por tanto, no se trata solo de conocer y trabajar con las metodologías activas de aprendizaje para poder cambiar lo que pasa en el aula, sino de ir más allá. Como queremos transformar lo que pasa en el aula, debemos tener una mirada más amplia del cambio global de las personas y de la institución. Es decir, la transformación profunda, o es personal, institucional e integral o difícilmente se consolidará más allá de experiencias o actividades más o menos exitosas.

elementos RIEDUSIS

¿Cuáles son los elementos fundamentales de esta metodología?

El primer elemento de esta metodología es el perfil de salida del alumnado. En nuestro caso hablamos de establecer y compartir, dentro de la comunidad educativa de nuestra institución, los rasgos humanos que queremos que tenga nuestro alumnado al finalizar su período formativo con nosotros. Todo ello, siempre teniendo en cuenta que nuestro objetivo es educar a las personas. Y con base en la mirada centrada en el impacto, que va más allá de los resultados de aprendizaje (que pueden y deben desarrollarse según las competencias), buscar interpelar y dejar huella en el camino vital del alumnado. Es decir, apuntar a ser una institución que educa en la vida y para la vida.

Pero, cuidado; en este punto ya no podemos trabajar más en función de nuestras impresiones. La pregunta clave, por tanto, es: ¿cómo sale efectivamente nuestro alumnado desde el punto de vista de los rasgos que hemos definido en nuestro perfil? ¿Lo medimos? ¿Tenemos información científica y sistematizada de ello?

Y es aquí donde introducimos la idea de incorporar a nuestra mirada el método científico y la necesidad de trabajar con evidencias. La metodología RIEDUSIS incorpora el método científico como telón de fondo del proceso de cambio, lo cual exige establecer las hipótesis de partida que queremos conseguir con la transformación educativa, así como la necesaria evaluación de las iniciativas de cambio que ponemos en marcha.

El primer paso es, pues, trabajar, compartir y sistematizar el perfil humano de salida del alumnado, desglosado en rasgos, características e impactos, de acuerdo con un método específico que después nos ayudará a incorporarlo a los cambios que efectuemos en el aula, y a evaluarlo de forma periódica.

fundamentos metodologia RIEDUSIS

¿Cómo podemos fijar las bases de nuestro cambio?

Para seguir avanzando, después, debemos sistematizar y explicar muy bien cuáles son las razones del cambio que deseamos llevar a cabo. A la vez que las elevamos a la categoría de hipótesis científica, nuestro objetivo es educar a personas con el perfil humano que hemos establecido. Es lo que llamamos teoría para el cambio. Con esta teoría fijamos la presentación y las bases y razonamiento del cambio que queremos hacer, así como el sueño, el perfil, y el porqué y el para qué de todo ello.

Compartir en la comunidad educativa el porqué y el para qué del cambio es recuperar la reflexión y la mirada del porqué y el para qué de la educación, que es un debate y una reflexión que conecta con nuestra vocación y propósito y nos ayuda a concentrarnos en lo esencial del cambio.

Por tanto, si consideramos que hoy nuestros alumnos no están saliendo de nuestra institución educativa de acuerdo con los rasgos e impactos que hemos establecido, parece evidente que debemos poner en marcha un proceso de transformación educativa integral, personal e institucional, que, más allá de la reflexión, la toma de consciencia y la formación y el acompañamiento, también incorporará una apuesta por la formalización del método científico y la búsqueda de evidencias con base en la evaluación y contraste de las hipótesis que establezcamos.

Disponemos, pues, de una clara “palanca” para mover el cambio en la definición del perfil de salida de nuestro alumnado y los primeros “resortes” que nos ayudarán a poner en marcha un proceso de transformación educativa integral sostenible, lógico, centrado y duradero en establecer una teoría para el cambio que explique claramente el porqué y el para qué de todo ello.

En próximos posts seguiremos explicando los elementos fundamentales de la metodología RIEDUSIS.

¿Por qué y para qué educamos a los niños, las niñas y los jóvenes?

Estas dos preguntas son fundamentales y propias de muchas materias, debates y congresos. En cualquier caso, sin ser especialista en esta materia, según mi experiencia de liderazgo y acompañamiento en multitud de procesos de transformación y cambio, quiero compartir algunas reflexiones que creo que son interesantes sobre por qué y para qué educamos.

Desde mi punto de vista, debemos centrarnos en estas dos cuestiones y reflexionar sobre ellas antes de emprender cualquier tipo de innovación, transformación o cambio e implementarlos en las políticas de una institución educativa (pública o privada), porque la mirada y el énfasis de lo que haremos siempre vendrán enmarcados de acuerdo con la respuesta que demos a estas dos preguntas.

Viene a ser como preguntarse hacia qué cima quiero ir cuando voy a hacer montaña o qué dirección tomaré cuando salgo de puerto. Y, precisamente, creo que el problema de muchos cambios e innovaciones que se plantean es que no parten de esa reflexión, sino que proponen cambios sobre lo que ya existe sin cuestionarse a fondo muchas de las inercias del sistema. Pero vayamos paso a paso.

por qué educamos

¿Por qué educamos?

Educamos para que los niños, las niñas y los jóvenes lleguen a ser personas que puedan vivir plenamente sus vidas en el momento y el contexto que les toca vivir. Esto significa plantearse seriamente un enfoque integral de su proceso educativo, que vaya mucho más allá de la transmisión de conocimientos y que priorice el autoconocimiento, el aprendizaje de la relación con los demás, el entendimiento del mundo que les rodea y la interrogación sobre las grandes preguntas del sentido de la vida. Educamos, pues, en la vida y para la vida. Al fin y al cabo, estamos hablando de casi 20 años de proceso educativo y de la necesidad de seguir formándonos a lo largo de la vida.

A menudo, para aclarar las reflexiones, puede ser interesante decir para qué no educamos: no educamos (estrictamente hablando) para cubrir un puesto de trabajo, ni para integrarse en un sistema productivo, ni para modelar un sometimiento a la sociedad existente (aunque la mayor parte de sistemas educativos nacen para eso). Al contrario, creo que hay que educar a personas que se conozcan y que sepan gestionar sus emociones y relaciones; que sean curiosas, críticas y analíticas; que puedan encarar el pensamiento complejo e interdisciplinario, y que cuenten con la imaginación y la creatividad como partes de su saber hacer. En definitiva, personas que “piloten” su propia vida.

Por supuesto, esto no quiere decir que no se tengan que aprender muchas cosas: para ser una persona completa y poder vivir plenamente el tiempo que te toque vivir, hay que saber muchas cosas, y, sobre todo, hay que saber aprender a aprender. Esto, será imprescindible hacerlo constantemente (seguramente es lo más importante). Esta cuestión es muy interesante, y cada vez hay más evidencia científica sobre ello, hasta el punto de que ya es más importante la forma en que se aprende que lo que se aprende. Es decir, la forma en que se accede y se adquiere el conocimiento es clave en lo que podemos denominar la construcción de la persona (o, lo que es lo mismo, en su “mirada” hacia la vida o, como dicen los anglosajones, en la conformación del carácter de la persona).

Y, para educar para la vida, es necesario que las instituciones educativas (y, por supuesto, los gobiernos, cuando implementan las políticas públicas educativas) se planteen qué tipo de ciudadano queremos educar, o, lo que es lo mismo, qué perfil de salida del proceso educativo de su institución quieren obtener. Muchas leyes proclaman/lanzan grandes declaraciones al respecto en sus preámbulos; pero otra cosa es que, luego, todo se quede en agua de borrajas o que sea un simple brindis al sol.

por qué y para qué educamos

¿Para qué educamos?

He comentado, respondiendo a la primera pregunta, que queremos invitar a los niños, las niñas y los jóvenes a convertirse en la persona que quieran ser, en un clima y un entorno que les deben provocar y proponer los rasgos que he comentado antes (o los que decidan proponerse). Evidentemente, su decisión será libre, pero la neutralidad no existe, y, por tanto, educar es invitar manifestando nuestras sugerencias a la persona que nos proponemos educar.

Vivimos en un mundo profundamente injusto y agrietado con grandes problemas y retos (se puede consultar el planteamiento de los ODS de la ONU), y necesitamos personas que se comprometan a mejorarlo y transformarlo. Personas que no se aprovechen del mundo o de los demás para vivir mejor. Personas que apuesten por alguna causa, la que quieran, pero alguna.

Y he aquí mi respuesta a la segunda pregunta: educamos para que las personas se comprometan (donde quieran, en lo que quieran y con quien quieran) a mejorar y transformar el mundo. De esta forma completamos la primera respuesta y enmarcamos cualquier intervención, innovación o cambio que queramos implementar en educación en este contexto. Por eso debemos poner aún más en crisis las metodologías actuales e incorporar otras que hagan del proceso educativo de los niños, las niñas y los jóvenes una experiencia de crecimiento personal y aprendizaje diferente (por ejemplo, metodologías activas o aprendizaje y servicio, entre otros).

Y, claro, si trabajas a fondo la respuesta a estas dos preguntas, para mí, es evidente que es necesaria una transformación profunda y urgente del proceso educativo a todos los niveles. Esto es en lo que estamos trabajando con muchas instituciones en muchos países distintos.

¿Nos ponemos a ello?

Experiencias para consolidar el cambio de mirada educativa

El curso pasado (21-22), dentro del proceso de acompañamiento y transferencia metodológica del camino de transformación y cambio de las instituciones educativas que llevamos a cabo, diseñamos y pusimos en marcha una nueva experiencia destinada a consolidar el cambio de mirada educativa, sea ésta escolar o universitaria.

Se trata de diseñar y organizar un viaje a España, nuestro país de residencia, de acuerdo con las necesidades, las expectativas y el proceso de cambio de la institución educativa que nos lo plantea. De esta forma, buscamos que los equipos participantes vivan en directo experiencias de transformación, para que tanto la visita como el contacto puedan significar un importante impulso en su camino de innovación.

experiencias de cambio de mirada educativa

¿Quiénes han disfrutado de estas experiencias de cambio de mirada educativa?

Como ya contamos en un artículo anterior, empezamos esta aventura en febrero de este año en Barcelona con un equipo de la escuela St. Charles de Angers (Francia), a quien ayudamos a conocer, en vivo y en directo, muchas de las ideas y diseños educativos de cambio en la secundaria que estaban trabajando en su proyecto de nuevo centro.

A mediados de mayo volvimos a repetir la experiencia, pero esta vez nos centramos en la educación superior, con la visita de la Universidad Franz Tamayo (UNIFRANZ), que tiene 4 sedes en Bolivia y donde se imparten 17 carreras.

La Universidad Franz Tamayo, a la que acompañamos desde hace tres años mediante la transferencia de la metodología de transformación educativa RIEDUSIS, y que ha transformado e implementado cambios profundos en tres de sus carreras, ha podido entrar en contacto con diversas universidades españolas y vivir en directo proyectos y experiencias de transformación y cambio.

cambio educativo

Algunas de las instituciones de educación superior que pudo visitar el equipo de UNIFRANZ, con la mirada puesta en descubrir diferentes caminos de innovación educativa, fueron:

  • Blanquerna (Universitat Ramon Llull), donde pudimos conocer directamente la experiencia del seminario como un elemento pedagógico clave en su metodología educativa.
  • La Universitat Oberta de Catalunya (UOC), donde entramos en contacto con su singular modelo educativo en línea.
  • La Universitat Pompeu Fabra (UPF), donde conocimos las estrategias de innovación y cambio que se están implementando en esta universidad.
  • La Facultad de Medicina de la Universitat de Vic (UVIC), que ha iniciado en estos estudios nuevas estrategias de innovación y cambio.
  • Finalmente, el equipo de UNIFRANZ pasó dos días de inmersión en la Universidad de Mondragón (MU) para comprobar de primera mano los avances en la transformación de la educación superior que está llevando a cabo esta universidad. Además de conocer el modelo pedagógico denominado Mendeberri 2025, se pudieron reunir con los responsables de la transformación profunda de las carreras de Educación y Empresariales, así como con los de la nueva titulación denominada LEINN. Acabaron la visita observando los campus de As Fabrik y BBF, que se centran en la innovación y el emprendedurismo en esta universidad de Bilbao.

Este tipo de experiencias resultan muy interesantes y renovadoras, además de ayudar a instituciones educativas similares a ponerse en contacto para, casi seguro, poder colaborar en diversos proyectos en el futuro.

¿Te animas?