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MEDAP, una nueva experiencia de innovación disruptiva

Hace unos días me invitaron a visitar la escuela de las Hijas de Jesús de Pamplona (jesuitinas) para que conociera MEDAP, la puesta en marcha de su experiencia disruptiva de cambio educativo y para dar una charla al claustro de profesores y una conferencia a las familias.

Este colegio concertado de Pamplona está ubicado en uno de los barrios periféricos de la ciudad, atiende a unos 1.200 alumnos de los 0 a los 18 años, cuenta con dos unidades en infantil y primaria y cuatro unidades en secundaria y ofrece una sensibilidad y una atención especiales a aquellos alumnos que tienen mayor necesidad.

En su proyecto educativo explican que buscan el desarrollo de la persona como un todo, para que sean personas autónomas, comprometidas y creativas. Y afirman que desean que los alumnos sean los protagonistas y responsables de su propio proceso de maduración personal, con la colaboración y el compromiso de sus educadores, las familias y toda la comunidad educativa.

Y, ciertamente, se han comprometido a realizarlo. De hecho ya hace años que avanzan en diversos proyectos como la introducción de la estimulación temprana y el impulso de las inteligencias múltiples para ir preparando el terreno para dar el salto disruptivo. Así, este pasado mes de septiembre, decidieron poner en marcha lo que ellos llaman el MEDAP (Modelo Educativo de Acompañamiento Personal) y lo han implantado en 5º de primaria y 1º de ESO con la intención de extenderlo, el próximo curso, a 6º de primaria y 2º de la ESO. La prensa local se ha hecho eco de la iniciativa, muy audaz en su entorno.

Tras un intenso período de formación del profesorado y diseño de la nueva metodología (que incluye la realización de las unidades didácticas que trabajarán los alumnos a lo largo del curso) han tirado las paredes de las aulas de estos cursos y han agrupado a los alumnos en grupos grandes, además de incorporar la presencia simultánea y en equipo de tres profesores, donde todos trabajan cooperativamente por proyectos e integran los contenidos de las asignaturas en dos grandes ámbitos (sociolingüístico y científico). A este trabajo incorporan valores, competencias y habilidades.

Tuve la oportunidad de estar en estas aulas grandes y compartir el trabajo cooperativo que estaban realizando con el MEDAP, y pude hablar con los alumnos y profesores que lo están viviendo y protagonizando. Y tal y como he vivido en la NEI o en el MOPI del proyecto HORITZÓ 2020 estos últimos tres años, sentí nuevamente una intensa alegría al volver a encontrar ilusión y motivación por aprender haciendo, intensidad de trabajo en equipo, curiosidad en la búsqueda de información… y, sobre todo, emoción y vínculo personal. Emoción en los ojos de los alumnos y de los profesores por aprender juntos, por construir juntos, por ser una comunidad que crea conocimiento y lo comparte. Y vínculo. Vínculo entre los alumnos y con los profesores. Y en base a este vínculo, un muy buen trabajo de acompañamiento personal e inclusión.

Y os aseguro que cuando la mente se abre con emoción por aprender y ser, y se establece cada día un vínculo más fuerte en un trabajo en equipo que integra conocimientos, valores, actitudes, competencias y habilidades, la educación fluye y se realiza en su totalidad. Solo hay que verlo y vivirlo.

Muchas gracias, pues, a la escuela de las jesuitinas de Pamplona por haber dado este paso (MEDAP) de innovación disruptiva y atreverse a ser faro también para otras escuelas que, ojalá, se decidan a avanzar por un camino parecido. Y gracias por invitarme a verlo y compartirlo. Seguro que queda mucho por aprender y mejorar, pero hemos salido del puerto y hemos echado a andar superando el miedo y la inercia. Esto es lo más importante.

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